Puerto Cortés, Honduras |Domingo 22 de junio de 2025. Con precisión operativa, análisis de perfiles de riesgo y un despliegue interinstitucional coordinado, la Dirección Nacional de Servicios Policiales Fronterizos (DNSPF) logró el decomiso de 250 cartuchos de munición que ingresaban al país ocultos entre paquetes de encomienda dentro de un contenedor marítimo.

El hallazgo, registrado en el Centro Logístico (CL) del puerto de Puerto Cortés, evidenció una modalidad camuflada de tráfico ilegal de municiones, que fue detectada gracias al trabajo táctico de los equipos fronterizos y el apoyo técnico de Aduanas, la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN) y el personal logístico del puerto.

RELATO DE LA OPERACIÓN

Según informes preliminares proporcionados por funcionarios policiales, los hechos se desarrollaron a lo largo de la mañana del sábado 21 de junio, durante una inspección rutinaria con perfilamiento de riesgo.

La Policía Fronteriza activó un protocolo de revisión a un contenedor clasificado como “intervención prioritaria” por anomalías detectadas en el sistema aduanero.

El equipo interinstitucional se reunió en el área de inspecciones del Centro Logístico del puerto, para dar inicio al procedimiento de apertura.

El contenedor, de color ocre, con número TEMU7488* y marchamo M241*, fue abierto.

Según su declaración, contenía “mercancía variada (encomienda)”, un tipo de carga consolidada procedente de los Estados Unidos.

El contenido incluía cajas y paquetes comunes, distribuidos en bultos personales, sin embargo, el olfato policial no tardó en activarse.

Durante la inspección física, un agente fronterizo especializado detectó dos cajas con densidad y peso anómalos que a simple vista, eran iguales a las demás.

Al cargarlas, sin embargo, resultaban demasiado pesadas para su tamaño.

Por protocolo, se procedió a aislar los paquetes y reforzar el perímetro, siendo solicitado el apoyo técnico de la DLCN, quienes llegaron minutos después.

Las cajas fueron abiertas con precaución, en presencia de todos los entes involucrados, y se confirmó lo sospechado:

  • En la primera caja se hallaron 50 cartuchos calibre 20mm, dispuestos en bolsas plastificadas, envueltos con cinta industrial y cubiertos por prendas de vestir y textiles usados.
  • En la segunda caja, se encontraron 200 cartuchos calibre 22mm, con el mismo patrón de camuflaje.

ASEGURAMIENTO TÉCNICO

Una vez verificado el hallazgo, los agentes policiales procedieron al aseguramiento del área y la evidencia.

Posteriormente, se embaló el material balístico con insumos certificados, se elaboró un inventario fotográfico completo que incluyó la numeración del contenedor, la ubicación exacta dentro del mismo, condiciones del empaque y el tipo de munición decomisada.

Los agentes de la DNSPF formalizaron la remisión del material al Ministerio Público (MP), donde se abrió una investigación bajo estricta reserva legal, y se dará continuidad mediante peritajes técnicos de trazabilidad, balística comparativa e inteligencia transnacional.

¿PARA QUIÉN IBA ESTA MUNICIÓN? ¿Y POR QUÉ ASÍ?

Según fuentes analistas consultadas dentro de la Policía Nacional, este tipo de hallazgos responde a patrones criminales que combinan logística legal con fines ilícitos.

Se presume que el destino final de estas municiones no era un ciudadano común, sino que podrían estar dirigidas a:

  • Grupos delictivos urbanos,
  • Pandillas en reorganización y,
  • Células armadas dedicadas a la extorsión o la protección ilegal de cargamentos.

El calibre 22mm es de uso frecuente en armas cortas que circulan en zonas de conflicto barrial, mientras que, el 20mm, en cambio, es más raro, ya que posee un alto poder de impacto, utilizado en adaptaciones artesanales o acciones de intimidación directa.

Las hipótesis más fuertes apuntan a que este cargamento habría sido una “prueba de ruta”: una estrategia usada por redes criminales que consiste en enviar pequeñas cantidades bajo perfil bajo para testear los filtros de seguridad.

Si el envío pasa, se multiplican los volúmenes en futuras remesas.

El camuflaje empleado, “ropa usada, capas de cartón, textiles inofensivos”, es característico de redes que buscan esconder contrabando entre paquetes domésticos, evitando activaciones por escáner o peso declarado.

No se trata de tecnología de alto nivel, pero sí de experiencia logística acumulada, lo que sugiere la participación de estructuras que conocen cómo opera el sistema marítimo hondureño.

“No todo contrabando se esconde en doble fondo o con compartimentos secretos. A veces, basta una caja común, bien pesada, disfrazada con ropa vieja. Por eso nuestro principal recurso es la experiencia del funcionario policial, su criterio, su sospecha.”
— Especialista de la Policía Fronteriza

UNA FRONTERA BAJO CONTROL

La Policía Nacional, a través de la Dirección Nacional de Servicios Policiales Fronterizos, ha evitado que 250 municiones llegaran a calles hondureñas, evitando potencialmente extorsiones, asaltos o enfrentamientos armados.

Este decomiso no solo representa un hallazgo físico, sino un mensaje contundente a las redes criminales: las fronteras de Honduras no están desprotegidas.

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