En una carta dirigida a la Secretaría del Congreso Nacional, la consejera propietaria del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall García, anunció su renuncia condicionada al cargo, tras denunciar presiones políticas, ataques mediáticos y amenazas a su integridad y la de su familia.
En el documento, Hall expone que durante su gestión en el ente electoral mantuvo una postura firme en defensa de la legalidad, la independencia institucional y el respeto a la Constitución. Según sus palabras, su negativa a avalar decisiones contrarias al marco jurídico como la integración del pleno del CNE sin unanimidad sobre el uso del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) provocó una serie de represalias y señalamientos públicos.
“La apología del odio iniciada ocasionó la puesta en riesgo de la integridad de mi hija”, denunció Hall, señalando que incluso militantes de su propio partido político se sumaron a una campaña de deslegitimación en su contra. Añadió que, aunque conserva la capacidad para seguir ejerciendo sus funciones, no puede continuar poniendo en peligro a su familia.
La funcionaria condicionó su renuncia a que, en el mismo acto en que esta sea aceptada, se elija a su sustituto o sustituta en representación del Partido Liberal, remarcando que su intención ha sido siempre cumplir con la Constitución y las leyes del país. “No me dejan otro camino”, afirmó, tras subrayar que su decisión obedece al irrespeto a la autonomía institucional y la falta de garantías personales para seguir en el cargo.
Con esta renuncia, el proceso de integración del pleno del CNE queda nuevamente en el centro del debate político, mientras se aproxima un proceso electoral que exige consensos y garantías de transparencia.
