9 de diciembre de 2025-Hoy, en el Día Internacional contra la Corrupción, reflexionamos sobre el daño que causa la corrupción y renovamos nuestra determinación de combatirla.
La corrupción debilita las instituciones democráticas, erosiona el Estado de derecho y socava el desarrollo económico y social de nuestros países. Debemos mantenernos alertas y actuar juntos.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) ha desempeñado un papel pionero en la lucha conjunta para enfrentar este desafío. En 1996, adoptamos la Convención Interamericana contra la Corrupción, el primer instrumento jurídico internacional del mundo sobre este tema. Estableció un estándar global y demostró que ningún país puede enfrentar la corrupción por sí solo.
La cooperación es esencial. Al compartir experiencias, fortalecer las instituciones e involucrar a la sociedad civil y al sector privado, hacemos que nuestras respuestas sean más sólidas e inclusivas.
El mecanismo de seguimiento de la Convención, el MESICIC , es una herramienta clave. Desde 2002, ha orientado revisiones y reformas en toda la región: más de 170 informes por país y más de 2.200 reformas a leyes, instituciones y prácticas.
Este año, nuevos informes han contribuido a fortalecer las leyes sobre la negación de tratamientos tributarios favorables, el soborno transnacional, el enriquecimiento ilícito, la extradición y el secreto bancario. El Comité también avanzó en el trabajo sobre datos abiertos, inteligencia artificial y protección de denunciantes, brindando a los gobiernos mejores herramientas para identificar brechas y fortalecer la confianza pública.
Estamos avanzando, pero esta lucha no tiene línea de meta. La OEA seguirá apoyando a los Estados Miembros para que los compromisos se traduzcan en cambios reales para la ciudadanía.
Sigamos trabajando juntos para construir una región justa, transparente e inclusiva.
