Una activista le acusa gritos de copiar “las viejas políticas de los ‘tories'” y el líder de la oposición agradece el apoyo de hace cinco años, pero destaca que el laborismo tiene que “cambiar para poder ganar”

Sin estridencias y con extrema cautela, como lo lleva haciendo durante toda la campaña, Keir Starmer ha prometido “estabilidad y crecimiento” en el lanzamiento del manifiesto electoral del Partido Laborista. Una joven activista se saltó el guion y le ha acusado a gritos de copiar “las viejas políticas de los tories. El líder de la oposición ha replicado, sin quitarse las gafas: “Fuimos el partido de la protesta, ahora queremos ser el partido del poder”.

“La juventud merece algo mejor”, podía leerse en la pancarta exhibida por la activista, silenciada y expulsada sobre la marcha en el acto electoral en Manchester. En su papel del ‘Capitain Caution’ (‘Capitán Precaución’), Starmer ha agradecido a la joven y a toda su generación el apoyo prestado hace cinco años, pero ha recalcado que el laborismo tenía que “cambiar para poder ganar”.

En la recta final del acto, en el turno de preguntas, el líder laborista se ha jactado incluso de haber expulsado del partido a Jeremy Corbyn, como prueba del “cambio” que aspira a implantar en el país. Aun así, no ha dudado en parafrasear el viejo eslogan de su radical predecesor…

“La idea tóxica de que el crecimiento económico es algo entregado a muchos por unos pocos tiene que quedar atrás. Hoy pasamos definitivamente de página. La ‘redistribución’ no puede quedarse en un plan de una sola palabra para las ciudades y las zonas más pobres del país (…). Vamos a demostrar que el crecimiento y la justicia social pueden ir de la mano”.

Starmer ha reconocido de entrada que no tiene “una varita mágica” para dar la vuelta inmediatamente a la situación económica. “Soy un candidato a primer ministro y no el director de un circo”, ha advertido. “Para los que quieran la política de las pantomimas, he escuchado que Clacton es un buen lugar”, ha dicho en una referencia muy directa al líder de Reform UK, Nigel Farage.

“Tampoco voy a sacar un conejo de la chistera ofreciendo cosas que no se podrán cumplir por falta fondos públicos, como ha hecho Rishi Sunak“, ha recalcado Starmer. “El líder conservador no parece haber aprendido la lección de Liz Truss cuando puso en peligro la economía”, ha añadido.

“El Reino Unido necesita estabilidad y no más caos”, ha sido el escueto mensaje de Starmer en un discurso de poco más de 20 minutos sin arriesgar lo más mínimo, consciente de su ventaja de 20 puntos que siguen marcando las encuestas. “Necesitamos un cambio total de dirección: estamos ante la seria tarea de reconstruir el país“, ha puntualizado.

Starmer ha reconocido que quiere “un mandato claro” en las urnas, con una mayoría parlamentaria que le permita poner en marcha su agenda de “creación de la riqueza” para todos los británicos. El líder laborista ha criticado el “cinismo” de la campaña ‘tory’ que ha alertado del riesgo de “un estado socialista de un solo partido” en el Reino Unido y ha advertido que ni un solo voto ha sido aún emitido para la cita electoral del 4 de julio.

El líder laborista se ha remitido a las cinco “misiones” de su partido contenidas en el manifiesto -crecimiento económico, energía limpia, reducción de la delincuencia, reforma de la educación y sanidad pública para el futuro- pero ha evitado poner sobre el tapete grandes promesas electorales, pese a las dudas persistentes entre los votantes sobre cuáles son realmente sus planes si llega a Downing Street.

El líder laborista no se ha esforzado siquiera en rebatir la cuestionada cifra de un hipotético aumento de impuestos de 2.000 libras anuales por familia (2.350 euros) lanzada insistentemente contra él por Rishi Sunak. Starmer ha insistido, sin embargo, en que no habrá subidas del impuesto de la renta, de las cotizaciones de la seguridad social, del IVA o del impuesto de sociedades en un hipotético Gobierno laborista.

La supresión del estatus de “no domiciliado”, la subida del impuesto de transferencias a los extranjeros que adquieran propiedades en el Reino Unido o la subida del impuesto a los beneficios extraordinarios a las compañías de gas y petróleo son en su opinión suficientes lograr ingresos extras equivalentes a 8.500 millones de euros para costear la reconstrucción de los servicios públicos. “Todas nuestras propuestas en el manifiesto están respaldadas con fondos públicos”, ha destacado. “Puedo a asegurar que no habrá una vuelta a la austeridad”.

“Somos pro-empresas y pro-trabajadores”, ha advertido el líder laborista- “La creación de riqueza es nuestra prioridad número uno… Demasiada gente se siente insegura. El país ha perdido el equilibrio. A la gente le cuesta mucho salir adelante y las oportunidades no están repartidas equitativamente”.

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